Según una reciente encuesta, cuatro de cada diez españoles ha pagado por sexo alguna vez, aunque hay quién asegura que el porcentaje es mayor. Más allá de los estereotipos, el perfil del consumidor es heterogéneo y los motivos son diversos. La mayoría de hombres consumidores tienen entre 30 y 55 años, casados o que viven en pareja y de todas clases sociales (mileuristas, clases medias, profesores, políticos, deportistas...) El nivel económico del cliente va ligado al espacio donde contrate este servicio, sí se busca una prostituta de la calle, en un club o local de alterne, en una "casa de putas", o si se buscan putas de lujo o escorts. Escorts en Barcelona. Y putas de lujo en Madrid.
Los motivos que llevan a consumir sexo de pago se resumen en cinco hipótesis: timidez o soledad afectiva, desconfianza o temor hacia las mujeres, una vida sexual insatisfactoria con sus parejas, la posibilidad de eludir cualquier tipo de responsabilidad, y finalmente, el placer de tener sexo porque sí. Alguien dijo que el sexo sin amor es una experiencia vacía, pero para ser una experiencia vacía, es de las más satisfactorias que se conocen en este mundo.
Por otra parte está el perfil de las prostitutas, que igualmente, más allá de los estereotipos, es de lo más variado. Lo realmente lamentable es que un 10% de las prostitutas ejercen forzadas y obligadas por mafias. Es lo que se hace más visible en los medios y contra lo que hay que luchar. Otro 20% harían otra cosa si pudieran. Y el restante 70%, entre las que se encuentran las escorts, ejercen voluntariamente, bien como profesionales a tiempo completo, o como chicas amateur que ejercen esporadicamente en sus ratos libres (universitarias, enfermeras, secretarias, azafatas, modelos...) Escorts de lujo en Barcelona. Y escorts en Madrid.
