Lo raro no es que un directivo de la SGAE o cualquier otra persona se vaya de putas. Lo raro es que cargó 40.000 euros gastados en clubs de alterne a la cuenta de la SGAE. ¿O acaso no es tan raro? ¿Acaso es más normal de lo que pensamos que altos funcionarios y políticos carguen sus caprichos a cuenta ajena?
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