Amanda Goff, de 40 años, casada y con dos hijos, es una famosa presentadora de TV en Australia, y ha confesado ser escort de alto standing presentando un libro donde narra su experiencia; "Secretos de una señorita de compañia de alto standing". La noticia ha corrido como la pólvora porque Amanda es una mujer muy reconocida profesionalmente y un ídolo social por su ayuda a los más desfavorecidos.
En su libro confiesa que desde muy joven fantaseó con tener relaciones con extraños y defiende a las trabajadoras del sexo afirmando que los tópicos que las relacionan con el mundo de las drogas o la explotación sexual son falsos en la inmensa mayoría de los casos.
Relata que su primer servicio fue con un hombre guapo, educado y excelente amante. Cobró la cantidad de 450 dólares. Dice en su libro "le hubiera pagado yo si hubiera sabido como se comportó aquel primer cliente en la cama". Pronto aprovechó su popularidad y comenzó a tener clientes muy selectos con tarifas de 800 dólares/hora y 5.000 por una noche.
“Muchas más mujeres de las que usted pudiera creer han pensado en vender sexo alguna vez en su vida. Tenemos ese poder porque siempre habrá hombres dispuestos a pagar. Siempre he sido muy sexual y la industria del sexo me fascinaba. ¿A qué mujer no le gusta que la adoren los hombres?”
Muchas personas no entienden como una mujer acomodada, famosa, casada con un banquero y con dos hijos, ejerció como escort de alto standing estos últimos años. La respuesta de ella lo resume todo; “Me encantaba tener sexo con extraños, es como una droga para mi, y tener que dejarlo está siendo duro”.